"EL QUINCHA"

En la finca “el cerro” de propiedad de don cesar porras, uno de los primeros “alcalde” contrateño, vivio muhos años ha, un apuesto joven labriego que se destaco en su época por sus desvaneos y arrestos falderos.
El criollísimo don juan, se dice, no dejo flor intocada en aquel basto jardín del latifundio de don cesar…!
A niña que le pusiera el ojo, no se iba a desojar margaritas, sino a comenzar escarpines….
Las doncellas del lugar, le tienen zorra. No esto, por que les caiga mal, todo lo contrario. Es por ser campesino y el que diran. Sin embargo, no pocas cautivadas a pesar de l miedo y de la critica fabrican la canastilla…!
En pleno laboral semanero, la peonada avisto en el camino, aledaño al surco, la ruta que viene del pueblo, a una señorita “creen” bellamente atrevida, traje negro brillante, zapatillas blancas, collar de cuencas rojas, anillos y orejeras resplandecientes paraguas negro.
Con paso trabajoso, como que guarda equilibrio en el pedregal, lleva la espalda en marusa de vivos colores, enorme calabaza…!
Los compañeros, sabeedores de las volandas del quincha, remoquete del mozalbete, convencidos que no se atrevería a acortejar a dama de alcurnia como la que se acercaba, en  son de tomarle el pelo, lo instan para que la enamore…!
Quien dijo miedo….! Sin pensarlo dos veces el tenorio labriego le espeta esta frase: señorita, le llevo la calabaza…? Tan linda usted no debe cargar maleta por que se cae y me voy a poner muy triste…! La muchacha con sonrisa agraciada, le alcanza la mochila. A pocos pasos, se abre un callejón largo entre dos peñas…
Ambos se adentraron por el estrecho cañoncito… fortísima ventisca soplo silvante… los compañeros atonitos, aterrados, mustios, escucharon un grito penetrante, el grito de la diablesa que canto su victoria…!
Instantes después,vieron cruzar una sombra negra que arrojaba chispas y comenzo a llover granizo… nadie volvió a saber del colibrí cerrero. Averiguaron por el pero nadie dio razón chica ni grande…!